text as blogtext entry – Summer

Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, 

y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, 

las pailas, 

las tenazas 

y los anafes se caían de su sitio, 

y las maderas crujían por la desesperación de los clavos 

y los tornillos tratando de desenclavarse, 

y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, 

y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.